La historia de este sofá viene a
ser como sigue:
Un joven y despreocupado devoraba bolas de
pescado mientras jugaba con ellas torturándolas, costumbre que enfurecía
a su madre, la cual le decía que se limitara a comer y dejara el
juego para otro momento más oportuno. Pero no hizo caso y, así, se
ganó una amenaza materna que prometía que las bolas de pescado se
harían gigantes y peludas y lo devorarían como venganza. A él, a su
mente enfermiza y a lo mejor a la propia madre (porque sabemos que la
primera ley del tipo que invoca fuerzas malignas es que es el primero al
que se cepillan las fuerzas malignas). Ante la amenaza de que un final
tan prematuro acabara con su carrera, él dejó de jugar mientras
comía, pero el correr de los años le hizo desconfiar de la capacidad
invocadora de su madre y decidió rendirle un homenaje-burla en forma de
sofá.
visto en: Yanko design
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